PEGIRO devuelve el aspecto original a edificios con historia de la Región

La parroquia solicita donativos para pagar una obra cuyo coste asciende a medio millón de euros y que abarca el exterior y el interior del templo.

Tiene la capacidad de transformar lo defectuoso en perfecto y lo viejo en moderno. La constructora murciana Pegiro se dedica a la restauración y rehabilitación de edificios, con gran especialización en fachadas, y ofrece unos resultados de matrícula de honor. Numerosos proyectos en la Región llevan su firma, en los que refleja la profesionalidad de su capital humano, la calidad de los materiales y la garantía de los trabajos.

Con una trayectoria de 27 años en el sector, sus orígenes se remontan a un pequeño negocio con muy pocos trabajadores y centrado en exclusividad a reparaciones concretas en viviendas e industrias. Actualmente es una importante sociedad empresarial que presta servicios integrales con soluciones eficaces y reales.

Parte de esos logros se debe a la alta cualificación de la plantilla, integrada por un equipo multidisciplinar, resolutivo e ilusionado en cada uno de los proyectos. En él destacan técnicos, arquitectos colegiados y obreros especializados en todos los campos de la construcción, así como una directiva volcada y con un definido carácter emprendedor que afronta cada propuesta como un reto al que superar.

La cartera de clientes de Pegiro abarca desde rehabilitaciones sencillas hasta intervenciones en edificios históricos, puesto que cuenta con la aprobación del Ministerio de Hacienda para hacer restauraciones de Bienes Inmuebles Históricos Artísticos y Monumentales. Prueba de ello son los trabajos que actualmente están realizando en la Catedral de Murcia y en el claustro del campus de La Merced de la UMU. Le preceden otros proyectos significativos como el Gran Hotel de Cartagena, una de las obras más representativas del ilustre arquitecto Víctor Beltrí y catalogada dentro del modernismo en la Región; y el Mercado de Verónicas de Murcia, que data de los primeros años del siglo XX y cuenta con la distinción de Bien de Interés Cultural de grado II. El círculo de grandes obras se completa con el Teatro Romea y la antigua sede de la Cámara de Comercio de Murcia, la Villa Asunción y el edificio Regidor de Cartagena y el casino de Algezares, entre otros.

De cara al próximo curso académico, los profesionales de Pegiro se afanan en construir el nuevo pabellón deportivo que comparten los institutos ‘José Miguel Martín’ y ‘Francisco Ros Giner’, ambos de Lorca, para que los alumnos puedan practicar jugar sin obstáculos ni daños. En otros trabajos, por ejemplo, se apuesta por una línea más tecnológica como la que se está siguiendo en la rehabilitación del edificio Apóstoles, en la calle Correos de la capital, que proporcionará una nueva imagen con una fachada ventilada en la que se entrelazarán los materiales más vanguardistas del mercado.

Principalmente, los trabajos en las restauraciones de fachadas, su gran especialidad, se centran en la recuperación ornamental, la reposición de aplacados, la limpieza química, la cantería y la pintura. Mediante un informe técnico, los trabajadores identifican los posibles defectos y proponen soluciones maestras para subsanarlos.

El compromiso de la constructora murciana se muestra en las rehabilitaciones tanto interiores como del exterior para que los edificios cumplan con los requisitos técnicos que marca la normativa vigente a los de nueva creación. Así, emplea los medios y materiales óptimos para que los inmuebles centenarios se adecuen a las medidas actuales de aislamiento, acústicas, térmicas y de resistencia estructural.

Pegiro realiza una puesta en valor encomiable. Se preocupa de devolver el aspecto de antaño con técnicas de protección y durabilidad para convertir los paisajes urbanos en acogedores rescatando los estados originales de edificios que representan la época de su construcción y el estatus social de sus primeros propietarios.

Fuente: LaVerdad